Cuenta la leyenda que en el momento de su conversión, tocado por la gracia de Dios, resuelve cambiar su vida y convertirse al cristianismo, ya que lo había conmovido profundamente la actitud de los cristianos al enfrentar la muerte.
Fue entonces que se le apareció el
espíritu del mal en forma de cuervo y el cuervo le gritaba "cras...!
cras...! cras...!" que en latín significa "mañana...mañana...mañana...
Esta decisión déjala para mañana! No tengas apuro! Espera para tu
conversión!"
Pero San Expedito pisoteando al cuervo gritó "Hoy! Nada de postergaciones!"
Pero San Expedito pisoteando al cuervo gritó "Hoy! Nada de postergaciones!"
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